Pilar
Se llamaba Pilar. Era pequeñita y vivaz. Apasionada de lo suyo. Cuando estudié COU no era posible cursar Latín, Griego e Historia del arte a la vez. Gloriosa coyuntura perpetrada por algún experto en planes educativos; había que descartar una. Con cierta pena renuncié al poco griego que había aprendido en un único curso, apostando por la Historia del arte al tiempo que me cambiaba de instituto y empezaba el Curso de Orientación Universitaria en el turno nocturno del IES Cervantes, por razones que no vienen al caso. Y conocí a Pilar, La Profesora de Arte. Si os estáis imaginando a Julia Roberts en La sonrisa de Mona Lisa , apartad esa imagen de vuestra mente para seguir este relato. Pilar era pequeñita y de aspecto más o menos anodino. Llevaba jerséis de punto con cuello de caja, faldas amplias de colores neutros y planas manoletinas negras. Nada que ver con los rizos y la boca más sensuales de Hollywood. Pero cuando las luces se apagaban y Pilar empezaba a explicar las d...