Tutoría

 

Está repitiendo curso por segunda vez y le han quedado tres. Soy muy vago, me dice. También me dice que no tiene tiempo de estudiar. Trabaja el fin de semana y de lunes a viernes tiene que ocuparse de muchas cosas en casa. Cuáles. Hacer la compra, la comida, estar con mi madre. No quiero que lo haga todo ella sola. Me callo, cómo no callarme. Tu padre trabaja fuera de casa, claro. Da igual. Cuando vuelve de trabajar se queda sentado en el sofá, el fin de semana no trabaja pero es como si no estuviera. Nunca he tenido una conversación con mi padre, me dice. No sé cómo es. Antes no vivíais juntos. Sí, siempre ha estado en casa, pero nunca he hablado con él; ya me entiendes, hablar, hablar. Mejor no tener broncas. Broncas por qué, contigo. Con quien sea, por cualquier cosa. Si no le gusta algo, si no tiene lo que él quiere. Así que mejor no hablar. Tienes alguien con quien compartir esto. Sí, mi hermana. Pero ya no vive en casa. Por eso te digo: no quiero que mi madre esté sola. Con él. Sola.

Me callo, cómo no callarme. Y me voy, ridícula y sin respuestas, con los tres suspensos arrugados en una estrujada bola de silencio.

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